sábado, 5 de septiembre de 2009

El mapa de los silencios

La película de Isabel Coixet, Mapa de los sonidos de Tokyo me ha dejado meditando sobre las máscaras de silencio.


Antes de nada: la película, como las otras de Coixet, es apreciable por muchas razones. La primera es por no caer en el tedioso costumbrismo telecinco que desde hace décadas invade al cine español (siempre imitando a la insufrible comedieta francesa) y lo convierte en retrato de la cultura paleta que nos ahoga. Coixet aborda cuestiones de vida y muerte, mira a las penumbras del alma y se pregunta por los significados de la existencia. La segunda razón es porque Coixet practica, para decirlo en términos de Pasolini, el cine de poesía contra el cine de prosa. Usa la cámara para que las imágenes se filtren hasta los estratos profundos de la emoción y hagan preguntas inquietantes. Coixet es lo único que podemos ofrecer frente a la renovación del cine que viene del Este: Japón, China, Corea, Taiwan, Irán.
La película es recomendable. Es una historia de amor trágico, una historia de silencios y ruidos. Debe mucho a El útimo tango en París, a Lost in translation (Isabel Coixet y Sofia Coppola están muy cercanas) y al cine oriental. Pero lo que me sugiere es una pregunta por la importancia de los silencios en nuestras relaciones.


Entre la gente que conozco hay personas que ocultan su persona tras una catarata de palabras: te encuentras con ellas y no paran de hablar. No paran de hablar de sí o de otros. Sólo al final te preguntan "y tú, ¿qué tal?", con el explícito deseo de que no respondas. La palabra se vuelve aquí máscara de protección para no tener que exponer y exponerse realmente.
Y están las personas para las que el silencio es una forma de conversación. Te encuentras con ellas y te das cuenta de que su rostro silencioso es menos una máscara que una pregunta, una invitación a aproximarte al misterio de su vida. El silencio está ahí como los puntos suspensivos de una relación.
Me niego a elegir entre la palabra y el silencio. Pero tengo nostalgia de los mapas del silencio: los silencios que invitan, los silencios que preguntan, los silencios que acompañan, los silencios espejo, los silencios ventana, los silencios puerta.
En los siete grados de relación, el mapa de los silencios representa el territorio de la intimidad. La seducción es el reino de la palabra y el gesto. La intimidad, el del silencio.
Los vagones del metro son lugares en los que me pregunto por los silencio de los rostros. Allí dejamos nuestro cuerpo en silencio; y de pronto las caras alzan el plano de la existencia humana, del mismo modo que los lugares ruidosos, las cafeterías, se convierten en el baile de máscaras en la azotea del edificio social.

7 comentarios:

  1. Fernando, cada vez estás más poético. Este texto tuyo es alucinante, me gusta muchísimo! Es muy bello! Me da ganas de recordarlo palabra por palabra y recitarlo de memoria (bueno, a partir de la segunda parte, lo que está después de la foto, no la crítica cinematográfica que me da ganas de ver la pelicula pero no me emociona).

    Pocas veces en mi vida me ha pasado hablar por teléfono con un hombre y quedarnos ambos en silencio, y que fuera un silencio pleno, sentido, acariciado, y muy excitante. Hasta que no lo viví, hubiera dicho que es increíble. El teléfono es sonido, parece imposible imaginar que el silencio se pueda transmitir a través suyo. Pero es posible... en contadas ocasiones.
    Un abrazo, m.

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  2. http://www.youtube.com/watch?v=_Jv_RCxjhdk

    One fine day

    Saw the wandrin' eye- inside my heart
    Shouts and battle cries- from ev'ry part
    I can see those tears- ev'ry one is true
    When the door appears- I'll go right through---oooh

    I stand in liquid light- like ev'ryone
    I built my life with rhymes- to carry on
    And it gives me hope- to see you there
    The things I used to know- that one fine

    One fine day
    One fine day

    In a small dark room- where I will wait
    Face to face I find- I contemplate
    Even though a man- is made of clay
    Ev'rything can change- one fine-

    One Fine Day...

    Then before my eyes- Is standing still
    I beheld it there- a city on a hill
    I complete my tasks- one by one
    I remove my masks- when I am done

    Then a piece of mind- fell over me
    In these troubled times- I still can see
    We can use the stars - to guide the way
    It is not that far- one fine:.

    One fine day
    One fine day...


    Justo después de leer tu entrada escuché esta canción leyendo su letra y me dio ganas de enviartela. Encontré este video con árboles que está hermoso (para un cyborg que añora la naturaleza, viene bien).

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  3. Poético no esto ya roza en lo místico. Yo aún a riesgo de ser maltratado por la incredulidad de algún/a ariete feminista voy a decir que lo de Gotamarina es una excepción y que mi intuición y mi expereincia me dicen que ese "miedo al silencio" es más característico del género femenino. Si eres dado a los silencios rápidamente te tachan de reservado, de misterioso, de raro. Uno ya lo consideraba una dinámica malsana, una patología, así que, celebro los elogios del susodicho..
    Es que hay gente para todo, que no. Son tan difíciles los encuentros en los que la magia propicia el intercambio de silencios.

    au revoir.

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  4. Lo cierto es que a mí las películas de Coixet me dejan un poco frío, sobre todo en su tratamiento, no en sus motivaciones. El silencio no me deja frío nunca.
    Amo al silencio mucho más allá de lo que pueda amar ningún sonido (tal vez exceptúe las voces de mis propios hijos, pero poco más). Recuerdo que después de ver "El Gran Silencio" sólo me dolieron dos cosas: ser padre y ateo: en caso contrario me habría resultado difícil no llamar a las puertas de la Cartuja Burgalesa.
    Es tal vez por eso por lo que prefiero la palabraescrita a la hablada: es silenciosa.

    Estoy de acuerdo con Panikkar:
    “El silencio es la encrucijada
    entre el tiempo y la eternidad.”
    Raimon Panikkar,
    Iconos del misterio

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  5. Estimado Wolldamm, dado el infernal ruido a que estamos sometidos en las ciudades, ( yo que soy de un pueblo pequeñito donde se disfruta el silencio, a veces lamento haber salido tan lejos del mismo), entiendo tus deseos de meterte a Cartuja, pero tampoco exageres, parece que el silencio que buscas ya no estuviera en este mundo, y fuera el propio del descanso eterno. Yo lo que añoro del silencio es que de los brazos de Morfeo me rescate el cantar de un gallo, el rebuzno de un asno, antes que los malditos camiones, que me tienen chafado el sistema límbico; y poder leer sin tener como sonido ambiental el maldito tráfico, o la tabarra de alguna obra de turno.
    Recibe un saludo.

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  7. Que buen comentario, me gustó mucho Y la película que por fin la vi, me gusto demasiado

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