viernes, 6 de agosto de 2010

Miedo a las palabras


E
l día 3 de marzo de 1982 Michel Foucault habla ante un abarrotado auditorio que asiste a su curso en el Collége de Francia. El curso está muy avanzado, ha sido dedicado a los textos moralistas de la antiguedad, desde Sócrates a Séneca y Marco Aurelio. Foucault opone a la ascesis cristiana como renuncia a sí la ascesis filosófica antigua como subjetivación del discurso de verdad:

" Se trata de reunirse consigo mismo con un momento esencial que no es el de la objetivación de sí en un discurso de verdad sino el de la subjetivación de un discurso de verdad en una práctica y un ejercicio de sí sobre sí mismo. Ése es el tipo de diferencia fundamental que, en el fondo, intento poner de manifiesto desde el inicio del curso. Procedimiento de subjetivación del discurso de verdad: esto es lo que encontraremos expresado sin cesar en los textos de Séneca cuando dice, acerca del saber, acerca del lenguaje del filósofo, acerca de la lectura, acerca de la escritura, de las notas que se toman, etcétera, que se trata de hacer propias (facere suum) las cosas que sabemos, hacer propios los discursos que escuchamos, hacer propios los discursos que reconocemos como verdaderos o que la tradición filosófica transmite como tales. Hacer propia la verdad; convertirse en sujeto de enunciación del discurso de verdad; ése es a mi juicio, el corazón mismo de esta ascesis filosófica"

Las palabras de Foucault hablan por sí mismas mejor que yo, pero querría hacerlas propias para explicar y explicarme mi relación con el lenguaje y la cultura. A estas alturas ya voy entendiendo que el autoengaño es la forma de mentira más común. Nace más del miedo a las palabras que del miedo a la realidad. Apropiarse del discurso como sujeto que enuncia no como objeto al que se refiere un discurso. Entender como apropiarse del discurso.
Si, como Salomón, a uno le gustaría pedir en la vida entendimiento antes que cualquier otra cosa es porque lo que está pidiendo es que el miedo a las palabras acabe. Que la voz sea la voz propia. No como quien repite ilimitadamente lo que escucha, sino como quien al dar voz a un discurso es como si fuera enunciado por primera vez. En eso consiste ser autor, en ser original porque el discurso se origina en uno, no necesariamente porque sea nuevo.

1 comentario:

  1. Gracias, la forma original del texto aprehendido y hecho propio, que ofrece en este hipertexto a sus lectores, me explica esa emoción que usted llama el ^miedo a las palabras^, ahora que me son más propias (las palabras), más caminos y responsabilidades me generan.

    Provocando nuevas aventuras en las cuales la exigencia propia y de los otros, me hace temer lo que de manera inicial es novedoso y amenazante,y después aprendido y aprehendido momentaneamente se vuelve propio, dando lugar a esa originalidad del autor, tan necesaria y tan complicada en algunas ocasiones para los pricipiantes.

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